Historia de mis partos 7ma parte.

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Como todos los partos cuando ya se acerca te sientes ansioso.  En este último estaba ansiosa, cansada pero sobre todo tenía miedo y no a lo desconocido sino al contrario.

Me siento ya algo grande. Mi hijo más pequeño tiene 6 años y yo tengo 39. Pensé que ya no íbamos a tener más bebés así que me deshice de la.mayoría de las cosas como la ropa de embarazo,  sillitas, cunas, etc. Además ahora estamos haciendo homeschool asi que no tenia tiempo de pensar en otro bebé. Pero como siempre estamos abiertos a lo que el Señor nos propone un buen día nos enteramos de este octavo embarazo y no sin miedo y angustia ( era ademas el peor momento económico y social – por la pandemia- e incluso físico) pues lo fuimos aceptando poco a poco.  Unos días mejor que otros, pero al fin y al cabo llevados de la mano de Dios y cuidados especialmente por la Virgen María logramos llegar al día del parto.

Un dia antes estábamos festejando el cumpleaños del más pequeño ( 11 de febrero)  estaba cansada pero aun no había signos especialmente claros sobre el inicio del trabajo de parto. 

Estamos quedándonos en casa de mis papás y mi esposo acababa de llegar para la fiesta.

En la noche nos acostamos temprano, a las 9 y pude dormir hasta las 11 30 pm que entre sueños empecé a sentir dolores y como a las 12: 45 me puse a monitorear las contracciones.  Mi esposo estaba dormido y no lo desperté. 

En algún momento entre esa hora y las 5 am expulse el tapón mucoso o no estaba segura si era pero había rastros de sangre.  A esa hora le marqué a mi doctor y sugiere de vernos a las 6 30 am en el hospital.

Me bañé y me alisté y en el momento en el que me subí al coche se detuvieron las contracciones.

Mi papá nos llevó al hospital y antes de entrar teníamos que pasar por todas las pruebas covid.  Afortunadamente todo salió negativo y pudimos ingresar.

Mi doctor llegó casi al mismo tiempo. Asi que me sentí tranquila. Empezaron entonces todos los protocolos típicos de ese hospital que es de la vieja escuela. Todo artificial y si es cesárea mejor.

Para esto yo todo ese tiempo seguía sin contracciones y estaba de lo más tranquila. Era algo que le pedí a Dios porque tenía mucha preocupación de pasar por los filtros del Covid muriendo de dolor.

Las contracciones volvieron cuando yo ya estaba prácticamente lista y tranquila en la sala de labor. Había llegado con 6 cm de dilatación.

Una vez que volvieron las contracciones nos esperamos varias horas y ya que empezaron más y más fuertes me pusieron la anestesia epidural. Esta vez yo la pedí porque no me quería arriesgar, sentía que por mi edad era mejor tener más precauciones. El parto fue hermoso y realmente lo disfruté…siento que fue un regalo de Dios, como diciendo: ves? Tu tranquila , está todo en mis manos.

Nació entonces Pablo como a.las 11:30 de la mañana. Un niño grande y fuerte y sobre todo sano y hermoso. Fruto de un amor profundo y de la voluntad de Dios.

Con Pablo tqmbien tuve otro maravilloso regalo. Lograr la lactancia exclusiva aún cuando me habían diagnosticado hipoplasia mamaria. En realidad era falta de ingesta de calorías e insuficiente cabritas de agua. Esto lo descubrieron una experta en lactancia y un pediatra experto en el tema.

¡No tuve que dar formula! Y mi bebe creció super bien. Bendito y alabado sea Dios.

La generosidad de Jesús

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En junio, concretamente el 11 de Junio 2020, era el día de Corpus Christi. Es una fiesta de la Iglesia católica destinada a celebrar la Eucaristía.

Escuchamos la misa de 12 a través de youtube, ya que hemos estado confinados al encierro desde finales de Marzo de este mismo año.

Al terminar la Misa el Párroco dijo que iba a dejar al Santisimo Sacramento expuesto durante un tiempo y quién quisiera podría seguir la transmisión desde la televisión o podía ir a la iglesia a adorarlo.

Yo tenía todavía que hacer la comida para mi familia, pero sentía enorme necesidad de ir a ver a Jesús, ya habían pasado muchas semanas sin poder ir al templo.

Dejé todo listo y encargados los pequeños con mi esposo, salí disparada a la iglesia. Debía ir con el cuidado que las autoridades piden (tapabocas). Cuando llegué la reja del atrio estaba cerrada y yo empecé a buscar una manera de entrar porque al fondo se veían las puertas de la iglesia abiertas de par en par y a Jesús en el centro del altar.

De pronto ahí metido en un cubículo estaba un policía, muy amable, que aunque no pude verle la cara por el tapaboca, le pregunté que si podía entrar a ver a Jesús y me dijo: claro que sí.

Entré después de desinfectarme las manos y limpiarme las suelas de los zapatos con un líquido especial. Me hinqué lo más cerca que pude y apenas miré a Jesús Eucaristía no pude contener las lágrimas. Estaba por fin tan cerca otra vez.

Le dije, sin pensar mucho, lo que guardaba en mi corazón: ¡Te necesito Señor! ¡Te necesito en mi vida! Tu sola presencia me llena ¿cuánto tiempo más vamos a seguir lejos? ¿cuánto tiempo más voy a estar sin recibirte?

No había ni un alma en el templo, sólo Jesús y yo. Traía mi música y decidí cantarle, ya que no podía molestar a nadie en su oración. Estábamos solos aunque después dos señoras entraron y se sentaron atrás de mi, mientras estaba terminando de cantar.

¡Gracias Señor por el don de tu amor! ¡gracias señor por el don de tu presencia!

¿Qué sería de mi sino estuvieras? no sabría vivir, no quisiera.

Pero estás aquí y en todo me dices de tu presencia, cuánto más Señor, en este Sacramento en el que te acercas. Un pedacito de Pan para mi, y me alimentas. ¡Un pedacito de Pan para mi, y me alimentas de ti!

Esa fue mi canción. Y cuando terminé de cantar. Miré a la izquierda y estaba parado a mi lado el sacerdote. Me impresioné mucho porque no lo había visto entrar, pero pronto me di cuenta que traía una pequeña cajita en la mano y comenzó a orar. No podía salir del asombro cuando vi que: ¡me estaba dando la comunión!

¡Por fin recibí a Jesús después de tanto tiempo!

No cabía en mi tanta alegría y agradecimiento. El Señor me escuchó y me consoló y me dió lo que más pedía y necesitaba. No tenía palabras para agraderle , solo lágrimas de felicidad.

Después de un rato más de Adoración, salí de la iglesia. Quería quedarme más tiempo, pero en algún momento tenía que regresar a mi vida y a mis responsabilidades. Iba reconfortada y alegre por sentir dentro de mi la presencia de Jesús.

Manejé hacia el super, porque necesitaba comprar algo. Cuando salí, después de llevar con el carrito las cosas a la cajela de mi coche, llevé el carrito a su lugar y me lo recibió una persona que yo no conocía pero de las que normalmente se dedica a acomodar los carritos. Y me dijo: no se vaya, permítame una palabra.

No podía ver su cara ni él la mía porque ambos usábamos tapabocas.

Lo miré a los ojos:

  • Usted es alguien muy generoso- dijo- Trajo hasta aquí el carrito, cuando pudo haberlo dejado allá para que nosotros fuéramos por él, pero ahora que la veo déjeme decirle que en este momento veo que usted está llena de Dios.

No supe qué decir, le agradecí sus palabras, nos deseamos bendiciones y cuando caminaba de regreso a mi coche pensaba:

¡Claro que sí, porque acabo de comulgar! ¿Cuántas veces más me vas a hacer llorar hoy Jesús?

Fui a llevar lo que compré a casa de mi suegra y cuál fue mi sorpresa que al estar hablando de la falta que nos hacía ver a Jesús escuchamos música de Adoración en la calle y saliendo nos tocó ver al sacerdote en procesión con Jesús Eucaristía. Avanzando lentamente sobre una camioneta de carga.

Tenía sed y hambre de tí Señor y ese día te recibí y te ví varias veces.

Te amo Jesús, guía mis pasos y no me dejes nunca. Sabes lo que está en mi corazón, te lo entrego todo a tí..

Fiorella Allegre

Pandemia

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Hoy para mí es un día muy triste. En el  mundo hay una enfermedad llamada Covid-19. Está de moda hablar de ella, y con razón porque ha causado muchas muertes en más de 160 países. Lo que comenzó con una «gripa» ahora es una amenaza a nivel mundial.

Hoy, aquí en México, la Iglesia (al menos en mi localidad) ha dado sus últimas misas a puertas abiertas y ha decidido que hasta nuevo aviso las misas se celebrarán sin feligreses. Es decir, no podremos recibir más la Comunión.

Muchas gente lo ve positivamente, es decir; tenemos el privilegio de recibir al Señor y a veces no lo valoramos y esto puede avivar la llama de ese amor, como cuando un enamorado espera ansiosamente el momento de ver a su amada. Un pensamiento positivo. Otros lo ven como algo prudente y sensato: ante esta enfermedad que satura los hospitales, es mejor que haya menos número de contagio por lo tanto menos muertes.

Yo no lo sé, no se me hace sensato abandonar tan fácil la idea de no recibir al Señor, escucho voces que me dicen: «no será para siempre», pero para mí es mi todo y es tan difícil esa renuncia que no entiendo a los que lo ven así de simple, es como si me quitaran la vida misma. La tristeza que invade mi alma es grande.

Pido al Señor que me dé paciencia y prudencia, pero en mi interior hay furia porque siento que como cristianos no sabemos defender el mayor tesoro que tenemos: la Eucaristía y que ante el terror de la muerte preferimos escondernos de Dios, y sucumbir ante la dictadura sanitaria mundial.

Estoy triste, muy triste…

 

Historia de un aborto espontáneo

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Hola, esta vez vengo para escribir algo muy duro y triste que nos tocó vivir como familia. Esta es la historia de como viví la perdida de un bebé y de cómo me acompañó mi familia hasta el final.

Un día como cualquier otro, me levanté nerviosa. Ya llevaba dos días de atraso menstrual y soy una persona muy puntual. Mi esposo y yo no estábamos buscando un bebé pero siempre hemos estado abiertos a la vida. A veces suceden cosas extrañas y no todo se puede controlar. La vida es así, está llena de sorpresas.

Estaba nerviosa porque nuestra situación económica estaba muy difícil, el país en general y nuestra empresa no había tenido el mejor año y ya empezábamos a sufrir las consecuencias de una economía débil.

Era el día de ir a comprar la comida de la semana y aprovechando la salida compré una prueba casera de embarazo. La más barata que pude encontrar. Creo que toda mujer que está a punto de hacer una prueba de embarazo está nerviosa, ilusionada, preocupada, muchas emociones están en ese momento.

Y si, mi prueba salió positiva. Llamé a mi esposo y le di la noticia. Nos miramos estresados en primer momento, sabíamos de sobra los retos que se nos venían, pero al mismo tiempo la felicidad que se siente el ser padres una vez más. Cuando pasó la conmoción le dije que quería contarles a los niños y hacerlos partícipes de la noticia. Mi esposo me dijo que debíamos esperar como siempre, por si algo salía mal. Pero yo estaba entusiasmada, mi hijo más pequeño ya tenia 3 años y tener un nuevo bebé era algo emocionante, además después de 6 hermosos embarazos sanos, . Qué podía salir mal?

Ese día por la tarde, después del colegio nos sentamos a comer todos juntos.

-Niños, les tengo una noticia; ¡Van a tener otro hermanito!

Fue una felicidad increíble para mis hijos. Unos dijeron: Al fin, llevábamos rezando por eso años.

Fue así como comenzó esta aventura.

Al día siguiente empecé con el estrés de la realidad. Ahora ¿cómo le vamos a hacer? Llevaba un tiempo tratando de hacerme a la idea de que ya tenia la familia perfecta y suficiente para nuestras capacidades, pero algo dentro de mi también tenia ese deseo de dejar la puerta abierta para que llegara alguien más. Aún así ya había donado varias cosas de bebés, como la sillita del coche, las cunas extra, la ropa de recién en nacido y de bebé de un año, mucha de mi ropa de embarazada. Algunas cosas las guardé: mis rebozos, alguna prenda de embarazo que se podía usar como ropa normal y alguna cosa más.

Estaba tan preocupada que no me di tiempo de disfrutar esos breves momentos. En ese momento no me di cuenta de que la vida no la tenemos comprada, que nunca sabemos que pasará al día siguiente y que no disfrutamos de las alegrías por estar pensando en los problemas.

Platiqué con mis hermanas y mis dos mejores amigas sobre lo que más me preocupaba, de las cosas que pensaba qué tal vez había pasado por alto y la verdad es que un coctail de hormonas,de emociones y preocupaciones estaba dentro de mi.

Vi a mi esposo tranquilo, sabía que estaba muerto de nervios, pero en ningún momento me lo dijo, tal vez con alguno que otro comentario de pronto dejaba sacar su nerviosismo, pero siempre tenía una palabra de aliento y un te quiero cuando mas lo necesitaba.

Hicimos una lista en el pizarrón de la cocina con los nombres que nos gustaban para el nuevo bebé. Cada quien puso el que más el gustaba de niño y de niña y así tendríamos unos largos meses para decidirnos por alguno.

Le pedimos a los niños que no le contaran a nadie, era un secreto de familia que teníamos que guardar hasta que el bebé cumpliera 3 meses en la panza de mamá.

Pasaban los días y los niños estaban emocionados, preguntaban que si ya me iba a crecer la panza, de qué tamaño era el bebé, cuándo iba a nacer y si ya se acercaba el día de contarle a sus amigos de la escuela.

En la primera semana luego de la prueba empece a notar algunos cambios en mi cuerpo típicos del embarazo y esperaba que la siguiente semana iniciara con las náuseas matutinas tan típicas de mis otros embarazos. Pero no sucedió, las náuseas no llegaron y los pechos, que habían empezado con algunos cambios, poco a poco empezaron a volver a la normalidad. en lugar de aumentar los síntomas se estancaron. Fue ahí cuando empezó el problema.

Día 49 de embarazo. Manchado rosado.

Día 49 de embarazo. Manchado rosado.Retortijones fuertes durante la noche.

Al principio no me preocupé demasiado, había tenido otros manchados en embarazos anteriores sin que esto fuera un problema.

Día 51 de embarazo. Manchado rosado. Los manchados se presentaban una vez al día, no alcanzaban a manchar la ropa interior. Solamente el papel después de ir al baño.

Día 53 de embarazo. Manchado marrón. Ese día tuve unos cólicos particularmente dolorosos a las 7:30 de la noche. Me dolía mucho la espalda baja y recuerdo que los cólicos eran muy parecidos a los dolores del post-parto.

Día 54 de embarazo. Manchado marrón y rosa. El manchado fue en la noche, justo después de ir al baño antes de dormir.

Día 55 a 57 de embarazo. Manchado marrón.

Día 58 de embarazo. Manchado café. Dolor en espalda baja y retortijones sin dolor.

Día 59 de embarazo. Sin manchado. Cólicos fuertes en la mañana.

Día 60 de embarazo. Manchado marrón.

Día 61 de embarazo. Manchado rojo oscuro. Cólicos mínimos y hasta cayó un poco de flujo en el baño.

Día 62 de embarazo. Manchado marrón.

Día 63 de embarazo. Manchado rosado. Manchado rosado tipo la primera vez que empecé a manchar pero esta vez estaba acompañado de un coágulo pequeño. Como de .5 mm de diámetro.

Día 64 de embarazo. Manchado rojo brillante por la mañana. Por la tarde manchado rojo oscuro y cólicos. Dolor en espalda baja.

Día 65 de embarazo. Manchado rojo brillante. Hilos de sangre mínimos a las 12 del día.

Día 66 de embarazo. Manchado a las 8 am junto con dolor en espalda baja y cólico apenas perceptible. A las 11 40 am manchado ahora si en toalla sanitaria. Por la tarde me salió un coágulo. Reposo y ultrasonido al día siguiente.

Tenía incertidumbre total, miedo y preocupación.

Día 67 de embarazo. Manchado marrón. Día triste. Parece que este bebé no se va a dar. El saco gestacional que se ve en el ultrasonido mide menos de 5 semanas (yo ya tengo 9). Tendré que repetir el estudio en 10 días para confirmar el diagnóstico.

Día 68 de embarazo. Manchado rojo oscuro. Retortijones. Dolor de espalda y tristeza.

Día 69 de embarazo. Manchado de cantidad medía rojo oscuro.

Día 70 de embarazo. Manchado de cantidad medía rojo oscuro. Creo que finalmente está iniciando el proceso de aborto, perder a mi bebé ha sido una de las cosas más tristes que he vivido. A pesar de mis nervios, lo quería porque era mi hijo. Hubiera querido que si era niño se llamara Eduardo y si era niña Inés. Ya está con Dios.

Día 71 de embarazo. Cólicos fuertes en la mañana casi no he sangrado. Estoy triste y agotada.

Día 72 de embarazo. Coágulos pequeños. Sangrado más abundante.

Día 73 de embarazo. Hoy ha salido un poco más de sangre y un coágulo pequeño. Tengo algunas náuseas. Le conté a mi hija mayor (12 años) por lo que estábamos pasando. Mi doctor me dijo qué hay que esperar al ultrasonido y hace una prueba de HCg a ver cuánto a incrementado la hormona. Estoy cansada y dolorida. Más el corazón.

Día 74 de embarazo. Dolor en espalda baja y sangrado más que un manchado y menos que una regla normal. Cansancio y malestar general como si tuviera temperatura. Me da tristeza decirle adiós a mi embarazo.

Día 75 de embarazo. Noche sin dormir, cólicos y pesadillas nocturnas. Sangrado ligero y rojo.

Día 76 de embarazo. Sangrado fuerte, rojo y oscuro. Estoy en casa de mi mamá . A la 1 de la tarde salieron coágulos enormes y la sensación que sentí de sacar algo realmente grande. Creo que salió el saco gestacional acompañado de cólicos dolorosos. Llevaba desde hace tres días cansancio, malestar y dolor.

Día 77 de embarazo. Sangrado ligero, rojo brillante. Solo siento dolor .

Día 78 de embarazo. Sangrado ligero, rojo, brillante. Mucho dolor y cólicos.

Día 79 de embarazo. Sangrado fuerte, rojo, brillante. Ultrasonido. Ya no se veía en saquito, pero si restos. Dos horas después salió un coágulo enorme y otros pequeños. Aborto incompleto según ecografía. Peligro de legrado.

Día 80 de embarazo. Manchado rosa.

Día 81 de embarazo. Manchado rosa.

Día 82 a 84 de embarazo. Manchado rosa.

Día 85 de embarazo. Manchado marrón.

Día 86 de embarazo. Sin manchado, sin malestares.

Día 87 a 90. Perfectamente bien.

Día 90 por la tarde legrado. Y vuelta a empezar los manchados, malestares y reposo.

Estas son solamente las transcripciones de mis anotaciones. No se puede describir fácilmente toda la tristeza y el dolor que he estado viviendo. Junto con mis inseguridades y miedos. Las preocupaciones económicas y todas las demás responsabilidades de la vida diaria. Hacer la comida, tratar de mantener la casa ordenada, lavar la ropa y etc. Más tratar de acompañar a mi esposo en sus dificultades, aunque no pueda hacer mucho, que sienta lo importante que es para mi y que estoy ahí para él.

En todas las cosas que uno vive siempre hay enseñanzas, aprendizajes y fortalezas, aún cuando sean cosas muy dolorosas y a veces hasta inexplicables. Podría hablar de lo enojada que estoy conmigo por no haber seguido mi corazonada de que las cosas iban a a estar bien y el legrado no iba a ser necesario, pero no me sentí tan fuerte ni valiente, ni tan respaldada. Tampoco me quería arriesgar demasiado porque tengo una gran familia que cuidar y de lo molesta que me siento por estar de nuevo en una situación que me recuerda una profunda tristeza y dolor.

Hubo momentos en que sentí que mi bebé se estaba yendo por el escusado y que yo no podía hacer nada, ni siquiera decirle adiós. Hubo momentos de muchísimas lágrimas de llorar a escondidas, de llorar acompañada porque ya no tenía fuerzas para esconderme. Cuando ya me creía más fuerte, regresaba de nuevo débil, otra vez la tristeza se apoderaba de mi.

Pero también hubo momentos clave, el día de corpus Christi, fui a una misa en la escuela de mis hijos y la verdad sentí paz en medio del torbellino y ese día cuando regresé a mi casa sentí que mi bebé ya no estaba pero gracias a esa paz tuve la fuerza de entregarle mi bebé a Dios , decirle que ya estaba con él y de ponerle un nombre, todo eso antes de ir al primero ultrasonido que revelaría que ya lo habíamos perdido.

A todos los que me han acompañado en esta aventura, mi esposo que ha estado cerca en todo momento, que he sentido su cariño y apoyo, a mis hijos que han tenido palabras de aliento en medio de su dolor y su comprensión de niños sobre estas cosas, que a veces sorprenden con su sabiduría y generosidad. A mis hermanas y mamá, amigas y todos los que han querido animarme, sobre todo los que han sido empáticos y compasivos, les doy las gracias. A los que se esforzaron por ayudarme también, aunque no supieron qué decir o no fueron compasivos, también les doy las gracias, sé que lo hicieron de corazón.

Hoy quiero cerrar el círculo porque tengo que regresar a mi vida, tengo que seguir luchando y tengo que materializar todos los aprendizajes que aún tengo que escribir y meditar porque son muchos y quiero que la vida de este bebé no pase desapercibida. ¿Cómo se puede querer a alguien que era tan pequeño y no lo conocimos?

Por último le doy gracias a Dios porque por breves momentos nos dejó ser papás otra vez, aún en medio de nuestras preocupaciones materiales Él sabía que lo íbamos a aceptar con amor e ilusión.

Aprendí que a veces uno cree tener el control de la vida (nunca imaginé que algo podía salir mal) pero en realidad eso no es cierto. La vida es un maravilloso regalo de Dios qué hay que aprovechar al máximo para aprender a amar a los demás. Así que a trabajar.

P.D- Si alguien tiene dudas o quiere ver las fotos de los sangrados, puede dejar su correo y se las envío. No las publico porque no es agradable. En el siguiente capítulo escribiré más sobre mi experiencia con el aborto espontáneo y porqué terminó en legrado. Y también cómo fue la recuperación, es algo en lo que tenemos muchísimas dudas.

Hipoplasia mamaria…el regreso de las mamilas

No hay mucho que decir.  Simplemente tuve que dar mamilas, pero gracias a Dios logré  dar el pecho también hasta los 2 años y 3 meses.

Así que a todos las mamás que estén pasando por esto, no tengan miedo a complememtar con mamila si es estrictamente necesario que no por ello se tiene que terminar la lactancia. Es un poquito más complicado pero no es algo imposible. Yo soy la prueba viviente.

Ánimo a todas.

Método Konmari

Vaya que el método Konmari me ha sorprendido. Lo apliqué en mi casa con seis niños menores de 11 años y me ha funcionado muy bien.

Claro que la casa se desordena, pero tenemos que hacer un esfuerzo mucho menor en ordenar todo de nuevo. Todo tiene un lugar y así es más fácil.

Creo que podría resumirse así: No tener tantas cosas y aprovechar al máximo lo que se tiene. Y como nos decían en el club al que iba de pequeña: un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar.

El mundo de la organización

Qué complejos nos hemos vuelto los seres humanos. Si escribiera los brincos que ha dado la humanidad en los últimos 100 años, ni siquiera un novelista de ciencia ficción podría creerlo.

Muchos de nosotros tenemos la suerte de vivir en una civilización muy compleja que nos ayuda no solamente a sobrevivir, sino a poder desarrollarnos de maneras impensables que hace unos cuántos años.

Además estamos conectados a través de Internet y por lo tanto compartir ideas es mucho más fácil y rápido. Así que puedes ver cómo vive una familia de 17 hijos en Canadá, cómo se organizan el día a día, y cómo resuelven sus problemas de logística.

A mi la verdad me ha ayudado muchísimo poder ver cómo viven otros y sus ideas para organizar lo mejor posible su día a día. Leer que no soy la única preocupada por lograr un mejor lugar dónde vivir y por supuesto que más tiempo para poder convivir con mi familia y no estar atada a las tareas infinitas de la escuela y la casa.

También me he dado cuenta de que me gusta muchísimo el diseño de interiores, organizar casas, y aunque no me considero para nada experta, algunas ideas me han ayudado y creo que ahora siento mucha más paz y al mismo tiempo tengo «menos» trabajo y más tiempo para hacer las cosas que me gustan, por lo tanto más tiempo con mi familia.

El método konmarie me ayudó muchísimo a deshacerme de cosas que en realidad no usaba y me ayudó a ser un poco más consciente de mi forma de consumo. La verdad no soy para nada acumuladora, ni mucho menos compradora compulsiva, mis papás me enseñaron a vivir con lo justo y a ser responsable por las cosas que compraba y usaba. Pero aún así, cuando pasan los años, es inevitable tener desorden y cosas que no necesariamente fueron las mejores opciones de compra que ya no usas y están guardadas por ahí.

Mi meta del año pasado fue lograr vivir en una casa donde solo tuviéramos lo justo, lo que usábamos,  nos gustaba más y no comprar cosas por comprar. Creo que lo logré y ahora sigo depurando mi casa y logrando tener más espacio y menos cosas. Es muy difícil cuando vives en una casa con 8 personas y 6 son niños. A los niños les encanta guardar sus «tesoros» y no lo podrán negar…los abuelos no ayudan con eso de «no comprar cosas inútiles». Pero a pesar de eso, creo que todos han puesto de su parte para poder vivir en un lugar más acogedor.

Nuestra casa es muy pequeña, no tenemos sala, es solo un sillón frente a la televisión y un comedor para 6 personas (si, ya necesitamos uno más grande) adaptado para los 8. Luego está la cocina que no es grande y tres cuartos, niños, niñas y papas.  Uno de los cuartos no tiene clóset, así que ha sido todo un reto caber aquí sin volvernos locos y sin que nos sintamos aplastados: le doy gracias a Dios porque tenemos un hogar, chiquito, pero bonito, y tratamos de que esté siempre lleno de amor. (Aunque nunca faltan las típicas peleas de hermanos)

 

 

 

 

 

Ser mamá es realmente agotador

Cuando me pidieron que escribiera con motivo del día de las madres, me puse a leer mis propias experiencias. Ser mamá de seis niños te marca de muchas maneras. Pero lo primero que se me vino a la mente fue esta idea de cansancio extremo.

No solamente es el embarazo, donde los tienes dentro de ti nueve meses, sino toda la aventura que comienza desde el parto, que es un dolor extremo, y después miles y miles de noches sin dormir y ya cuando crees que por fin lo lograste…no, ya dormir es imposible.

O las preocupaciones de las enfermedades, las caídas, las alergias, llevar una buena alimentación, las vacunas, los compromisos de la escuela y una larga lista de etcéteras que se van haciendo más complicados cada día.

Pero, ¡alto! ¡alto! entonces ¿qué es esto de ser mamá? ¿una tortura interminable? No, ser mamá es dar la vida, y me refiero a todo el sentido completo que eso significa, no solamente el biológico que es el más obvio, sino a ese soplo de amor que necesitamos para crecer y para ser mejores seres humanos.

Esas caritas diminutas, que se asoman a través de los barrotes de una cuna, que te alzan las manitas, que se ríen y emocionan cuando ven tu cara, esos pies pequeñitos que aun no caminan, que necesitarán de ti en todo momento mientras aprenden a dar sus propios pasos, esas lagrimitas que necesitan consuelo, esos cuerpecitos que necesitan mimos y caricias para sentirse seguros, esas mentes que están ávidas de aprender y que necesitan una guía.

Ser mamá es dar vida, ese pequeño ser que te hizo mamá, está aquí gracias a ti, a tu entrega y generosidad, a tus desvelos y lágrimas, a tus sonrisas y cariño, está aquí, con una oportunidad de crecer, de ser alguien.  Tiene la oportunidad de vivir, de amar, de soñar , de conocer, de cambiar , de influir , de crecer.

La mamá da todos los días; su tiempo, su paz, su sonrisa, su alegría, sus dolores, todo lo da por sus hijos, y cuando está más agotada y cansada, entonces ve ahí, en ese pequeño ser,  la sonrisa, la alegría , la paz y todo aquello que fue capaz de dar lo recibe entonces de una manera increíble y rica y es capaz de guardar en su corazón todos esos instantes  de amor que solamente un hijo puede dar.

Agradezco a Dios la dicha de ser mamá y pido su fuerza y su sabiduría para saber conducir a mis hijos en este camino de la vida. Si también eres mamá y te sientes agotada piensa en esto: lo que tú das al mundo, nadie más puede darlo como tú. Abrázate al amor de Dios y que Él sea tu guía.

Varicela en serio

Domingo en la mañana comenzaron los puntos de dos de mis hijos y más tarde de los demás. Tenía la esperanza de que fuera algo leve pero no fue así.  Se llenaron espantoso y han tenido mucho malestar; cansancio, fiebre, falta de apetito y una terrible comezón. Lo peor de todo han sido los chillidos sin cesar de la más pequeña, que se queja todo el tiempo y con razón porque tiene ronchas hasta en los genitales.

Yo la verdad no he tenido mucha paciencia, no soy buena escuchando tanto chillido y ademas tratando de atender a todos y hacer comida y esto y el otro…estoy con los nervios de punta.

Son las 12:25 pm y no he pegado el ojo. Voy de cama en cama y estaba parada en el pasillo cuando me encontré a un amiguito caminando. Primero pensé que era una cucaracha ( no tenía lentes puestos ) pero en realidad era un alacrán.  ¡Que miedo me dan esos bichos!

Gracias a Dios lo vi. Espero poder dormir un poco.