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Regresamos a nuestra casa 5 días después de que nació la bebé. Mi mamá nos acompañó una semana para ayudarnos.
Mis hijos entraban a la escuela. Pero Simón se enfermó y no pudo ir. Estuvo con antibiótico toda la semana. Ferdinand tampoco fue. Era complicado llevarlo porque Sara entraba a primaria y tienen horarios distintos y como estamos en las semanas de adaptación y cuarentena, se nos hizo más fácil dejarlos en casa.
He tenido poca paciencia con todos: la señora que me ayuda, mis hijos y hasta mi esposo. Las hormonas, la recuperación y las desveladas no ayudan mucho. Le pido a Dios que me de paciencia y sabiduría y calma para que mis hijos no se sientan mal por mis impaciencias.
Al principio me costó mucho trabajo empezar la lactancia porque le dieron mamila en el hospital y no me la dieron desde un principio para estimular su reflejo de succión y la bajada de la leche, así que los primeros días estuve batallando con eso.
La bebé ha dormido y comido bien, pero en las últimas horas no sé que le ha pasado, pero estuvo varias horas llorando. No llorando sin parar, sino simplemente negada a quedarse dormida en su cuna. Ya saben lo típico de…ya está dormida y apenas la recuestas abre los ojos y se pone a llorar, la vuelves a cargar, la revisas, le vuelves a dar de comer, etc y cuando se duerme, otra vez. Así estuve hasta las tres de la mañana y hoy toda la mañana hasta las 12 del día. Realmente agotador.
Ya estoy pensando que ayer no tomé mucha agua y tal vez estaba un poco deshidratada afectando a la producción de leche o puede ser que me tomé un café o tal vez que comí chocolate…o todas esas cosas a la vez. El caso es que no se me debe olvidar lo importante que es estar bien hidratada y alimentada para poder amamantar a mi bebé. Y claro, evitar estimulantes.
Hay estudios que dicen que los estimulantes no afectan al bebé y otros que dicen que afecta, sobre todo a los recién nacidos porque lo que pasa a la leche materna de esas sustancias el recién nacido no puede eliminarlo hasta después de varias horas. Pero como de todas formas no es una cosa de vida o muerte y realmente se puede evitar su consumo eso es lo que haré. Aunque ya saben, cuando decides no tomarlas es cuando llega la tentación: chocolates, leche con chocolate, un cafecito en la tarde, galletas de chocolate, etcétera, qué rico.
Ahora estoy en búsqueda de un pediatra en el que confíe porque el que conozco aquí ya está grande, no lleva seguimientos y se desespera, sobre todo no es una persona que esté a favor de la lactancia, así que con cualquier pretexto le quiere quitar el pecho al bebé…