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Hoy mi pequeña ya camina. Acaba de cumplir 11 meses y con pequeños y torpes pasos anda despacio por la casa. La veo orgullosa y triste a la vez. Es solamente un año el que pasa cuando son bebés, desde que nacen hasta que caminan y se vuelven cada día más independientes. Nos quedamos extrañando siempre esos momentos cuando los bebés sonríen y lloran con esa ternura que sólo un bebé posee.
Siento gran nostalgia al ver cómo pasa el tiempo y no lo puedo detener, ellos crecen, sin permiso, crecen porque todos crecemos, crecen y se van alejando cada vez más de ese pequeño bebé que una vez fueron.
Disfrutar, gozar cada instante. A veces quisiera que esos momentos fueran infinitos y quedarme suspendida en una risa, una caricia, una sonrisa. Agradezco a Dios cada momento, agradezco el regalo tan grande de la vida que alguna vez tomó forma dentro de mí y que poco a poco fue creciendo y madurando. Un hermoso ser capaz de dar y recibir amor, el amor infinito de Dios.